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Miércoles, 8 de noviembre de 2023
En este interesante artículo te contamos la importancia del soporte vital avanzado y las diferencias con el soporte vital básico. También, aprenderás más sobre lo relevante de aplicar las técnicas correctas en las circunstancias adecuadas. ¡Lee todos los detalles en este artículo!
El soporte vital avanzado puede trazar una línea divisoria entre la vida y la muerte. Puede sonar impactante, pero así es. En muchas situaciones de emergencia, una actuación rápida y precisa proporcionada por profesionales capacitados resulta imprescindible para que una persona salga adelante. Practicar técnicas de soporte vital avanzado ante situaciones como paros cardíacos, accidentes de tráfico, traumatismos graves o envenenamientos es crucial. Al atender una amplia gama de situaciones médicas complejas, también se precisa una extensa relación de procedimientos. Emplearlos adecuadamente consigue estabilizar a los pacientes, reducir su sufrimiento e incrementar sus probabilidades de sobrevivir, así como de recuperarse.
¡Responder ágilmente ante este tipo de emergencias implica una coordinación efectiva entre equipos interdisciplinares! Deben ser capaces de tomar decisiones críticas en cuestión de segundos, con el factor extra de trabajar bajo presión extrema. Indudablemente, el soporte vital avanzado requiere de especialización y experiencia.
Como decíamos, estas técnicas avanzadas se aplican cuando un paciente se encuentra en parada cardiorrespiratoria, con el objetivo de mantener sus funciones vitales. ¡Seguro que también has oído hablar del soporte vital básico! Estas maniobras iniciales se centran en la reanimación cardiopulmonar, con el uso de desfibriladores automáticos externos, principalmente, y sin conocimientos especializados. Mientras tanto, el soporte vital avanzado incluye un conjunto de actos más sofisticados. ¡A continuación, seguimos con las diferencias!
Comprender las distinciones entre el soporte vital básico y el soporte vital avanzado permite ofrecer una atención eficiente en situaciones de urgencia en las que la salud se ve comprometida. ¡Te contamos cuáles son las principales diferencias entre soporte vital básico y avanzado!
El soporte vital básico debería ser aprendido por la población en general, a través de formación en primeros auxilios. Es muy frecuente que estas maniobras las realicen testigos de la situación antes de que llegue ayuda especializada, lo que resulta decisivo en las posibles consecuencias para la salud de la persona afectada. En la FP Auxiliar de enfermería a distancia, los alumnos reciben formación orientada a este tipo de soporte vital. En contraste, el soporte vital avanzado exige una formación y su aplicación está reservada para profesionales altamente capacitados. Un Técnico en Emergencias Sanitarias a distancia también colabora en este tipo de circunstancias con el equipo médico y enfermero. ¡Debe conocer cómo se realizan las técnicas!
Las medidas iniciales que mantienen las funciones vitales hasta que llegue la asistencia especializada son determinantes. Por esta razón, el soporte vital básico utiliza un conjunto limitado de recursos como, por ejemplo, desfibriladores automáticos, mascarillas de RCP, torniquetes o, incluso, únicamente las propias manos. Al tratarse de maniobras ‘más simples’, el número de medios necesarios es menor. En el caso en el que se utilicen herramientas externas, hablaríamos de soporte vital básico instrumentalizado. En este sentido, el soporte vital avanzado demanda equipos más completos, compuestos por dispositivos de intubación, monitores avanzados o medicamentos, entre otros. Se tratan de procedimientos más invasivos que exigen amplia experiencia y control sobre la situación.
Comprobar si la persona responde, restablecer el ritmo cardiaco, manejar hemorragias o mantener las vías respiratorias abiertas… Estas son, por un lado, algunas de las intervenciones que pueden desarrollarse a través del soporte vital básico. Ocupándose de mantener las funciones vitales en situaciones como paros cardíacos, atragantamientos o desfallecimientos. Por otro lado, el soporte vital avanzado tiene un rango de más alcance. El nivel de atención es más complejo y la responsabilidad de su aplicación es de profesionales de la salud altamente cualificados. Conocer el estado de las constantes vitales, administrar medicación intravenosa, intubar o colocar catéteres son solo algunos de los procedimientos que aplican.
Las dos grandes clasificaciones de soporte vital son las que ya hemos visto: el básico y el avanzado. No obstante, cada una de estas técnicas debe tener en cuenta a quién se le están aplicando. Esto es, no serán las mismas maniobras, por ejemplo, teniendo en cuenta la edad de la persona que se encuentre en esa situación de emergencia. Existen maniobras específicas para neonatos, menores de un año, niños o adultos. Dependiendo de la emergencia a la que haya que hacer frente, también podríamos decir que encontramos enfoques orientados a abordar problemas respiratorios, traumatismos o cardiovasculares, entre otros. ¿Listo para formarte y colaborar en situaciones críticas? ¡Hazlo en UNIVERSAE!