Se amplía la demanda de formación para mejorar la productividad laboral

La formación de la población en edad activa es quizás una de las asignaturas pendientes de las administraciones públicas y del sector empresarial, y es que tanto en el grupo de jóvenes como en aquellos otros que, con empleo, se desenvuelven en la edad adulta, parece necesario poder actualizar conocimientos y mejorar, por tanto, la productividad en el puesto de trabajo. Quizá por eso esta modalidad educativa ha ido ganando protagonismo en los últimos años por su constante evolución y  su relación directa con la realidad del mercado laboral

La Formación Profesional vuelve a tener un destacado papel y su oferta, que se amplía en función de las necesidades del mercado va de la mano de numerosas propuestas tanto del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, como de diversos centros e instituciones entre los que destacan, entre otros, el CES Juan Pablo II, Universae, CES, Fundación Laboral de la Construcción, Cruz Roja Formación Profesional, Instituto Nebrija de Formación Profesional o Sanitas Campus FP.

La formación ocupacional se define como un conjunto de actuaciones formativas que tiene el objetivo de mejorar las competencias y habilidades de la población activa. Se trata de una formación orientada  a personas que se encuentran en edad laboral -entre los 16 y los 65 años- y que necesitan mejorar sus conocimientos para acceder a un nuevo empleo o para ascender en el que ya tienen.

Consiste en la realización de una serie de cursos, generalmente gratuitos para los alumnos, al estar en gran medida subvencionados por las administraciones públicas, especialmente por el Fondo Social Europeo y las comunidades autónomas.

A día de hoy, por fortuna, se está tomando mayor conciencia sobre la importancia de la formación ocupacional y de la formación de los trabajadores, y aunque queda mucho camino por recorrer, los resultados demuestran que sigue una tendencia positiva. Será en los próximos años cuando la formación sea
parte del día a día de las empresas.

Según al colectivo de personas en activo al que se dirigen, los cursos se clasifican en tres tipos diferentes: cursos para trabajadores por cuenta ajena, cursos para autónomos y cursos para personas en situación de desempleo.

Cada tipo de curso tiene unas particularidades propias, y es que por ejemplo los cursos para desempleados son más extensos que los cursos para autónomos y empleados por cuenta ajena. En cualquier caso para realizar uno de ellos es necesario contactar en las oficinas de empleo, con los sindicatos o con las asociaciones de empresarios puesto que son los organismos que llevan a cabo los mismos.

Suele existir una confusión entre lo que se conoce como formación ocupacional o continua y la formación profesional ocupacional. La formación profesional ocupacional (FPO) es un conjunto de acciones formativas recogidas en el Plan Nacional de Formación Profesional y su objetivo son los trabajadores
en situación de riesgo de exclusión del mercado laboral por su elevado grado de vulnerabilidad.

En su mayoría los beneficiarios de estos cursos son personas en situación de desempleo de larga duración con escasa cualificación profesional y con dificultades para incorporarse al mercado de trabajo. Es por tanto un tipo de formación diferente de la formación continua que se realiza en las empresas para actualizar y renovar los conocimientos y habilidades de los empleados de las mismas.

Los cursos de FPO son impartidos en centros del SEPE o en centros homologados por el SEPE y con autorización para impartir los cursos. Éstos ofrecen la posibilidad de conseguir títulos de profesionalidad, pero no son títulos de formación reglada aunque en cualquier caso pueden ser útiles para realizar convalidaciones con respecto a los títulos de la formación profesional reglada a través de procesos de acreditación de competencias.

Con una orientación más dirigida al segmento más joven de la población, las escuelas taller diseñan cursos para chicos y chicas que tenga entre 16 y 25 años que se encuentran inscritos como demandantes de empleo en las oficinas del SEPE. Son acciones formativas que combinan la formación teórica con las prácticas en centros de trabajo y su duración depende del programa, pero de forma general dura entre 1 y 2 años.
Este tipo de acciones formativas tiene un objetivo prioritario: la inserción laboral de los alumnos en el mercado laboral gracias a la obtención de una cualificación profesional. De igual forma en estas escuelas taller y casas de oficio se fomenta el nacimiento de iniciativas emprendedoras como el autoempleo  como una salida laboral alternativa al empleo por cuenta ajena.

La formación continua se señala como clave para no abandonar el mercado de trabajo y, aunque cuando se alcanza cierta estabilidad laboral las personas tienen tendencia a acomodarse, lo cierto es que la formación es necesaria para estar al tanto de las innovaciones que van surgiendo y para aprender a incorporarlas al puesto de trabajo.
Es algo que todos los trabajadores deben hacer en cuanto tengan oportunidad, ya que también es una forma de demostrar que el trabajador tiene interés por seguir adquiriendo conocimientos para mejorar el desempeño en el trabajo.

Los cursos de formación ocupacional y la formación para trabajadores cuentan en la actualidad con una oferta extensa y amplia, por lo que tan solo queda elegir aquella que resulte más interesante para aprender nuevos conocimientos y adquirir nuevas habilidades que puedan ayudar a mejorar la situación laboral.